En Alicante, compartimos un desayuno lleno de amor con familias refugiadas de Ucrania. Entre sonrisas y lágrimas, ofrecimos esperanza en medio de la crisis, un refugio cálido y la oportunidad de soñar nuevamente con un futuro mejor.
El pasado 10 de agosto de 2024, en la Iglesia Ucraniana Salvación de Dios de Alicante, vivimos un encuentro lleno de emociones y esperanza junto a familias refugiadas de Ucrania. En un tiempo donde la crisis y la incertidumbre han marcado sus vidas, tuvimos el privilegio de ser instrumentos de amor y fe.
Desde temprano, el cálido ambiente se llenó de alabanzas en su idioma, un gesto que trajo consuelo a corazones heridos y fortaleció su fe en medio de la adversidad. Una predicación profundamente conmovedora les recordó que, aunque han atravesado tormentas, Dios es su refugio constante y su fortaleza.
El desayuno no solo fue un momento para compartir alimentos; fue un acto de unidad y solidaridad, un recordatorio tangible de que no están solos. Cada plato servido llevaba consigo un mensaje de amor y cuidado.
Al finalizar, entregamos Biblias en ucraniano, un regalo que simboliza esperanza, fortaleza y la oportunidad de renovar su relación con Dios. Los rostros emocionados, las sonrisas y los abrazos que se compartieron hicieron evidente que el Espíritu Santo estaba presente, tocando corazones y trayendo paz.
Este encuentro fue más que un evento, fue un testimonio vivo de cómo, unidos, podemos ser luz en medio de la oscuridad. Damos gracias a Dios por permitirnos ser parte de este momento tan especial y seguimos orando por cada una de estas familias, confiando en que Él tiene grandes propósitos para sus vidas.
“Porque yo sé los planes que tengo para vosotros —declara el Señor—, planes de bienestar y no de calamidad, para daros un futuro y una esperanza.” – Jeremías 29:11
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