Hoy, al cumplirse tres largos años desde que la guerra golpeó el corazón de Ucrania, alzamos nuestra voz desde la Base Misionera Transcultural Mahanaim para proclamar una verdad eterna: Dios no abandona a su pueblo. En medio del caos, la destrucción y el dolor inimaginable, Su luz sigue brillando. A todos nuestros hermanos y hermanas ucranianos, queremos decirles desde lo más profundo de nuestro ser: no están solos.
El dolor de un pueblo, la esperanza en Cristo
Más de 6,3 millones de ucranianos han tenido que abandonar sus hogares, dejando atrás todo lo que conocían y amaban. Otros 3,6 millones siguen desplazados dentro de su propio país, viviendo día tras día con miedo, pero también con una esperanza que el enemigo no puede robarles. Cada madre que llora a sus hijos, cada padre que lucha por proteger a su familia, cada niño que se pregunta por qué el mundo cambió de repente… Dios los ve. Sus lágrimas no caen al suelo en vano.
“Bienaventurados los que lloran, porque ellos recibirán consolación.” — Mateo 5:4
Ucrania está herida, pero no derrotada. Porque hay algo que las bombas y las armas nunca podrán destruir: el poder del Espíritu Santo en los corazones que claman a Dios. Y es allí, en medio del dolor, donde el amor de Cristo se manifiesta con más fuerza.
Iglesias abiertas, corazones dispuestos, manos extendidas
En todo el mundo, la Iglesia se ha levantado en oración por Ucrania. Pero no solo en oración, sino también en acción. España, por ejemplo, ha acogido a más de 174.000 refugiados ucranianos, abriendo sus puertas y corazones. Sin embargo, sabemos que la verdadera restauración no vendrá solo por la ayuda humanitaria, sino por el poder sanador de Jesús.
Desde la Base Misionera Transcultural Mahanaim, nos hemos comprometido a ser parte de esa restauración. Oramos, enviamos ayuda, pero sobre todo llevamos esperanza eterna. Porque Cristo es el único que puede sanar las heridas más profundas del alma.
“El Espíritu del Señor está sobre mí, por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres; me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón, a pregonar libertad a los cautivos.” — Lucas 4:18
Un llamado al Cuerpo de Cristo
Querida familia en la fe, este es el momento de ser la Iglesia que Jesús soñó. No podemos ser indiferentes al sufrimiento. Levántate, ora, ayuna, dona, ama. Ucrania necesita más que palabras; necesita ver el amor de Cristo en acción.
Ucrania, te vemos. Te amamos. Oramos por ti. Y más importante aún: Dios está contigo. “No temas, porque yo estoy contigo; no te desalientes, porque yo soy tu Dios. Te fortaleceré y te ayudaré; te sostendré con mi diestra victoriosa.” — Isaías 41:10
Desde nuestros corazones hasta los suyos, Base Misionera Transcultural Mahanaim
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